miércoles, 19 de marzo de 2008

Mi nombre es Chile, Puro Chile

En lugar de estar tan molestos con los productores de la última aventura de James Bond, una de cuyas partes será filmada en el norte del país, los chilenos debiéramos estar al menos agradecidos. Para muchos es casi una afrenta que el árido norte del país sea presentado como Bolivia, pero yo esperaría a ver los resultados antes de poner el grito en el cielo, porque sabemos lo que somos los latinoamericanos para el mundo de Hollywood. Seguramente en la película, los bolivianos interpretados por chilenos, serán un grupo de zaparrastrosos muertos de hambre, y los jefes, los malos, unos patanes irresponsables, sucios narcotraficantes, machistas y fríos asesinos que ante los espectadores serán bolivianos y no chilenos

Y es comprensible, además, que filmen aquí en Chile y no en Bolivia. Los paisajes de ambos lado de la cordillera son parte de la misma región, dividida por una frontera política, no por diferencias geográficas marcadas, pero las condiciones de vida son mucho mejores en Chile. Aquí tendrán hoteles decentes para que se hospeden las estrellas, agua potable, comida internacional. Y, por sobre todo –y pensando en la lógica primer mundista sobre el tercer mundo- mucho menos riesgo de que se presente alguna situación peligrosa para el equipo técnico y artístico. Aunque con la actitud de algunos, como el escritor Hernán Rivera Letelier que ya puso el grito en el cielo por el asunto, capaz que hasta haya protestas y manifestaciones en contra de la filmación de la película.

A estas personas les informaría que Daniel Craig no es James Bond, sino un actor que interpreta al agente secreto creado por Iam Fleming. Y que, por ejemplo, Brad Pitt no anduvo en los Himalayas filmando Siete Años en el Tibet, sino en la cordillera de Mendoza. Ejemplo hay cientos. Si todas las locaciones fueras exactamente las que se quiere mostrar en la película, se habrían filmado algunas películas menos, especialmente sobre nuestra dictadura.

Películas sobre en Chile han sido rodadas en Portugal, en España, en México y nunca se ha escuchado quejarse a nadie por eso. A lo más nos ha llamado a risas los uniformes, los personajes con sus bigotazos, los diálogos, la manera de hablar, etc. El tema no tiene que ver con que vayan a adjudicar “nuestras bellezas naturales” a otro país, como han dicho algunos en TV, el asunto es que se trata de Bolivia, país por el que muchos chilenos sienten desprecio. Bolivia para ellos es una india haciendo pichí en un tren viejo, lento y maloliente. Para esa misma gente, España son los españoles tirando los puchos al suelo en los bares.

La reacción no sería igual si se tratara de Argentina, país por el cual, esos mismos que sienten desprecio por Bolivia, sienten una profunda admiración que en los festivales de la canción de Viña del Mar, disfrazan de pifias a la primera mención de un argentino.

Es una lástima que la gente reaccione así, sobre todo cuando a Chile no vienen muy seguido a hacer este tipo de cosas y más bien cada vez que nos mencionan en el cine es para señalar algo despectivo hacia los chilenos y Chile. Esta vez, los chilenos pondremos la tierra y los bolivianos se llevarán los insultos y la mala imagen.

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